Derecho Romano II

El ensayo “La Propiedad y la Posesión en las Comunidades Campesinas” aborda la situación jurídica, política y económica de las comunidades campesinas en Perú, analizando su evolución histórica y normativa. Se inicia con un contexto sobre las reformas de la Colonia, donde la corona española reconoció los territorios comunes de los pueblos indígenas mediante títulos de propiedad, lo que sentó las bases para la organización de las comunidades indígenas con sus propias autoridades y costumbres.

A lo largo del tiempo, las comunidades campesinas han enfrentado desafíos similares a los que vivieron durante la Colonia, sin un proceso claro de independencia que les otorgara un estatus diferente. Se menciona que, tras la independencia, figuras como José de San Martín y Simón Bolívar implementaron cambios en la tributación y la parcelación de tierras, pero las comunidades continuaron enfrentando dificultades.

El ensayo destaca la gran reforma agraria de la década de 1970, impulsada por el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, que buscó regular las comunidades como sujetos del derecho agrícola y promovió la titulación colectiva. Sin embargo, a pesar de estos avances, se observa que actualmente las comunidades campesinas están siendo invadidas por individuos que buscan aprovecharse de sus tierras, llevando a cabo un tráfico de terrenos que se basa en la transferencia de posesión en lugar de la transferencia de propiedad.

Se explica que los contratos de posesión, aunque pueden ser auténticos, no otorgan derechos de propiedad, ya que esta última requiere un registro formal en los registros públicos. Esto ha permitido que los traficantes de terrenos realicen transferencias sucesivas de posesión, generando ganancias significativas sin un respaldo legal adecuado. Las directivas de las comunidades, en algunos casos, adjudican terrenos a su discreción, lo que agrava la situación y permite la parcelación y venta de terrenos a precios exorbitantes, sin que se realice una transferencia de propiedad legítima.

El ensayo concluye reflexionando sobre la necesidad de una mejor regulación y protección de los derechos de las comunidades campesinas, enfatizando que la propiedad colectiva es inalienable y debe ser gestionada de manera justa y transparente para evitar abusos y garantizar el bienestar de sus miembros.